terapias de avanzada

TÉCNICAS DE TERAPIAS DE AVANZADA

¿QUÉ SON LAS TERAPIAS DE AVANZADA?

Son un nuevo paradigma basado en las neurociencias. La posibilidad de desensibilizar traumas en forma veloz, sin necesidad de un trabajo arduo ni por parte del paciente ni por parte del terapeuta posibilita abreviar la duración de los tratamientos.

Ya no hace falta explorar durante meses o años la manera de pensar del paciente, con estas terapias en un breve lapso se obtienen resultados espectaculares.
El consenso entre el público en general, y la gran mayoría de los médicos y psicólogos es que la curación de los cuadros emocionales o psiquiátricos es necesariamente muy lenta, difícil y sufriente. El efecto logrado con estos nuevos métodos terapéuticos, desmiente estas creencias arraigadas.

¿COMO ACTÚAN?

Al colocar en la pantalla de la mente un tema problema o disfuncional, que genere una emoción negativa, se produce un desequilibrio eléctrico entre ambos hemisferios cerebrales; objetivable con un mapeo cerebral o con una resonancia magnética funcional. Las Terapias de Avanzada® corrigen este desequilibrio, resolviendo velozmente los síntomas del cuadro clínico. Gracias a ellas podemos tratar con éxito una gran gama de patologías, brindar alivio o curación, de manera veloz y duradera. Todas ellas se pueden integrar fácilmente a los tradicionales métodos de psicoterapia,

 

¿Quiénes se pueden beneficiar con estos tratamientos?

Los cuadros clínicos que se pueden beneficiar con las Terapias de Avanzada® son numerosos. A grandes rasgos y genéricamente, todos los cuadros no psicóticos, y algunos síntomas de los cuadros psicóticos.

Trastornos de Ansiedad: Trastorno de Pánico, Agorafobia, Fobias, Trastorno de Ansiedad Generalizada, Trastorno de Estrés Post Traumático, Fobia Social, Duelos, tanto normales como patológicos, Cuadros Depresivos, como la Depresión Mayor, la Distimia.

Otros cuadros psicopatológicos: Dismorfofobias (preocupación exagerada por algún rasgo físico o parte del cuerpo que es vivida como desagradable), los Trastornos Disociativos de la Identidad, las secuelas de abusos sexuales o físicos, los traumas agudos (Trastorno de Estrés Agudo) como los sufridos por las víctimas de violencia o de secuestros, tanto recientes como pasados, etc.